Pero empecemos por definir el término en un modo amplio: la gestión del contenido puede ser descripta como la solución al problema general de la creación de contenido para los productores, el problema general de entrega de contenido para los consumidores o usuarios, y el problema general de encontrar información, ya sea información en formato impreso o electrónico.
Y en esta primera parte de la historia del Content Management, nos detendremos en uno de los inventos que mayor impacto tuvo en la capacidad del hombre de registrar, preservar y transmitir contenido: el microfilm.
Los nombres de dos personas resaltan en las etapas tempranas del microfilm. El crédito por llevar a cabo las primeras microfotografías pertenecen a John Benjamin Dancer, un científico inglés, inventor y fabricante de ópticas. También fue responsable de llevar a cabo experimentos que hicieron del microfilm un medio práctico para reproducir manuscritos, materiales impresos y registros pictóricos.
Se debe al químico francés, fotógrafo de retratos e inventor, René Dragon, el establecimiento de la microfilmación en escala comercial. Otros nombres por supuesto aparecen en la historia de la microfilmación, muchos hombres de gran capacidad pero sus talentos no fueron aplicados a la microfotografía al extremo en que estos dos hombres lo hicieron. Dancer (1812-1887) y Dragon (1819-1900) son sin lugar a dudas los pioneros de las prácticas de microfilmación aún vigentes hoy día.
Pero, ¿qué es el microfilm? Quizás valga la pena refrescarlo, ya que su uso está siendo limitado cada vez a aplicaciones más específicas. Se trata de una película sensible de formato muy reducido para trabajos especiales tales como archivos. Al ser de un tamaño tan reducido, resulta muy manejable y soluciona el problema del almacenamiento en bibliotecas y empresas de gran volumen de archivo.
Estos atributos han permitido extender su uso a aplicaciones tales como archivado de copias de periódicos y documentos en general, siendo las principales características que han prolongado su vigencia:
- su relativo bajo costo, y
- la garantía de inalterabilidad que ofrece
Hoy es aún el único medio legalmente aceptado en una gran cantidad de países del mundo para preservar imágenes de cheques, estados de cuenta, y otros documentos sensibles, en industrias fuertemente reguladas como la banca o el gobierno.
De hecho su uso para capturar reportes de computadoras, bajo la técnica de COM (Computer Output to Microfiche), fue utilizado masivamente, y aún hoy en países como Brasil, es ampliamente utilizado.
El correo de palomas en París (1870-1871)
El correo de palomas se mantuvo en operación mientras París estaba sitiada durante la guerra Franco-Prusiana, en 1870-1871. Los canales normales de comunicación hacia y desde París fueron interrumpidos durante los cuatro meses y medios que duró el sitio, y no fue sino hasta mediados de febrero de 1871 que los Prusianos relajaron el control de los servicios de correo y telégrafo.
El único método que quedaba disponible para las comunicaciones era la correo de palomas. Miles de mensajes, oficiales y privados, pudieron ser llevados desde y hacia la ciudad sitiada gracias a este medio.
Inicialmente los mensajes eran escritos a mano en caracteres pequeños en papel muy delgado, pero Charles Barreswil, un químico de las ciudad de Tours, propuso la aplicación de métodos fotográficos con impresiones de un tamaño mucho más reducido, del cual podía realizarse un ilimitado número de copias.
En la Exposition Universelle de 1867 en Paris, el joven fotógrafo René Dragon había demostrado un avance notorio de la microfotografía. Por ello fue nombrado en1870 “jefe del servicio de correspondencia postal fotomicroscópica” de Francia. Al partir de París en globo en su misión secreta, fue capturado por los prusianos, con vida. Pudiendo escapar, Dragon logró retomar su tarea, y refinando la técnica de microfilmación, consiguió colocar una página de periódico en un espacio de microfilm de 11 por 6 mm (hasta el momento el tamaño record era 37 por 23 mm). De este modo Dragon consiguió enviar con cada paloma hasta 20 microfilms. Cuando una paloma llegaba a destino, el microfilm una vez desembalado era colocado entre dos finas láminas de vidrio y proyectado con una lámpara, pudiendo ser leído con total facilidad. Dragon y sus colegas enviaron en este período más de ciento cincuenta mil mensajes, los cuales incluyeron posiblemente más de un millón de privadas cartas y despachos militares, tantas palabras como podrían ser contenidas en una colección de quinientos libros. |